Tenemos un problema.
Los móviles y aparatos electrónicos que nos
habéis pedido necesitan de un material, el Coltán, que se extrae en regiones
como el Congo por manos de niños y mujeres y hombres en condiciones que no
desearíais para vuestros hijos ni para ningún otro familiar ni conocido, y que
provoca que los lugares de extracción sean territorios al margen de la ley
donde la violencia y la explotación campan a sus anchas; la ropa que deseáis
que os traigamos está tejida en países del sudeste asiático por niñas, mujeres
y hombres también en unas condiciones que no admitiríais en vuestros países
occidentales de ninguna de las maneras; el aire que respiramos nosotros y
nuestros camellos en el trayecto hasta allí está contaminado por las fábricas
que situáis en nuestros países y los coches sin filtros que nos vendéis porque vuestras leyes
ambientales dicen que son demasiado contaminantes para ponerlas y usarlos en el
vuestro (pero que no tenéis reparo alguno en pensar que a nosotros no nos
afectarán en absoluto); tenemos que hacer un recorrido, hasta llegar a vuestras
casas, cruzando países en guerra en los que se está utilizando el armamento
fabricado y vendido por vosotros, que, de nuevo, afecta a niños, mujeres y
hombres inocentes y destruye sus casas, colegios, hospitales, rompen familias y
desgajan vidas; al llegar a vuestra frontera, tenemos que alquilar una patera y
jugarnos la vida de nuevo cruzando el Estrecho en condiciones lamentables para
entrar sin que os deis cuenta pues si veis a gente de nuestro color y
procedencia huyendo del horror que habéis provocado nos mandáis de vuelta a
nuestro país.
¿Cómo cojones pensáis que habéis sido buenos
y que os vamos a traer las cosas que precisamente hacen que la mayor parte del
mundo sufra las peores condiciones de vida? Si os llevamos lo que nos pedís, en
lugar de repartir felicidad contribuiríamos a sembrar miseria. Ni de coña.
Atentamente:
Melchor, Gaspar y Baltasar
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Comenta, no te lo quedes dentro.